Que sí. Que no me merezco sentimientos.
Pero que eres tú. Y la mejor, aunque bastante hija de
puta conmigo.
Una noche te fuiste, así sin más, dejándome conmigo misma.
Tuve miedo sin ti, de verdad que te necesitaba, pero tú nunca estuviste desde entonces.
Mis emociones eran enormes pero no iban a girar el mundo. La realidad era la
realidad, y lo sigue siendo.
No dudes, que siempre te necesito, siempre me siento sola,
abandonada en un mundo que no es el mío. Soy de todos pero a la vez de nadie. Y
de estar tan sola ya comienzo a acostumbrarme.
La cosa es que ya casi es invierno, y me moriré de frío y no
en tus abrazos. Cariño, ya no es nadie si no eres tú. Me quedé con tantas ganas
de decirte que no habrá primavera si no estás tú, las flores crecían en mí con
cada sonrisa tuya, y a saber cómo habrá flores con tu ausencia.
Que el mundo dolía menos cuando corría a tus brazos. Que el
mundo era algo más alegre cuando sentía tu mano en la mía. Cuando lloraba en tu
hombro sentía que allí mismo encajaba mi rostro.
Para mí, recordarte ya es como un privilegio. Siento que
estás tan lejos que no te podría alcanzar ni en la estrella más lejana. Que tus
lágrimas son la lluvia por eso salgo a caminar bajo ella cuando nadie se atreve
a atravesar la calle con el chaparrón que cae. Sé que si tú estuvieras conmigo
no dudarías en hacer lo mismo, compartemos la misma locura.
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