viernes, 20 de noviembre de 2015

Unos ojos bipolares.



A veces siento que soy adicta a enamorarme. Cada dos pasos, una caída, un daño.
Pero otras veces me preguntaba cómo no enamorarme de ciertas miradas que esconden poemas. Y otras miradas que esconden un ‘’no te vayas’’ anclado al alma. Como si aquellos ojos tuviesen un cuerpo propio y saltaran para abrazarme.
Soy adicta a amarte y a tus ojos bipolares que me dicen un ‘’no te quiero’’ y a continuación un ‘’no te vayas’’.
Cómo explicarte que haces todo bien, hasta romperme el corazón, después arreglármelo y decir que no puedes arreglar nada. Cómo voy a explicar que somos la sombra de nuestro recuerdo.
Que a veces éramos un todo y al siguiente instante ya nos preguntábamos el qué somos.
Como cuando tratabas de explicarme que todas las personas se van… Yo pensaba que tú nunca lo harías. Creía en ti. Que en ocasiones me dolían tus ‘’te quiero’’ porque ya sabía que al día siguiente me ibas a decir que te importo una mierda. Que me veía hermosa reflejada en tus ojos cafés.
Cuando caía la noche siempre me golpeaba tu ausencia. Y creo que hasta los golpes de suerte duelen, así que, vaya, que con la noche me sale tu ausencia por los ojos.
Que amaba el silencio pero cuando oí tu voz mandé todo a la mierda y comencé a pensar que lo mejor es tu voz. Que cuando la vida se volvía en mi contra tú te empeñabas en volverte en contra de la vida.
Pero lo más triste de nuestra ‘’historia’’ es que nos conocimos, nos contamos los secretos, las debilidades, las alegrías, lo que nos gusta, lo que odiamos… Todo.  Literalmente todo. Y después volvimos a ser completamente extraños. Como si nunca hubiéramos llorado el uno por el otro…


6 años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario