A veces siento que soy adicta a enamorarme. Cada dos pasos,
una caída, un daño.
Pero otras veces me preguntaba cómo no enamorarme de ciertas
miradas que esconden poemas. Y otras miradas que esconden un ‘’no te vayas’’
anclado al alma. Como si aquellos ojos tuviesen un cuerpo propio y saltaran
para abrazarme.
Soy adicta a amarte y a tus ojos bipolares que me dicen un ‘’no
te quiero’’ y a continuación un ‘’no te vayas’’.
Cómo explicarte que haces todo bien, hasta romperme el corazón,
después arreglármelo y decir que no puedes arreglar nada. Cómo voy a explicar
que somos la sombra de nuestro recuerdo.
Que a veces éramos un todo y al siguiente instante ya nos
preguntábamos el qué somos.
Como cuando tratabas de explicarme que todas las personas se
van… Yo pensaba que tú nunca lo harías. Creía en ti. Que en ocasiones me dolían
tus ‘’te quiero’’ porque ya sabía que al día siguiente me ibas a decir que te
importo una mierda. Que me veía hermosa reflejada en tus ojos cafés.
Cuando caía la noche siempre me golpeaba tu ausencia. Y creo
que hasta los golpes de suerte duelen, así que, vaya, que con la noche me sale
tu ausencia por los ojos.
Que amaba el silencio pero cuando oí tu voz mandé todo a la
mierda y comencé a pensar que lo mejor es tu voz. Que cuando la vida se volvía
en mi contra tú te empeñabas en volverte en contra de la vida.
Pero lo más triste de nuestra ‘’historia’’ es que nos
conocimos, nos contamos los secretos, las debilidades, las alegrías, lo que nos
gusta, lo que odiamos… Todo. Literalmente
todo. Y después volvimos a ser completamente extraños. Como si nunca hubiéramos
llorado el uno por el otro…
6 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario