martes, 19 de enero de 2016

Ridícula amnesia.

Eran las 05:00, o almenos esa era la sensación que tenía.
Volví a cerrar los ojos e intentar dormir.
Me despertó una mujer que parecía conocerme, ya que no se cortó al quitarme la manta de un tirón y gritarme que me levantara, parecía tan convencida de lo que hacía que me impedió llevarle la contraria así qué me levanté, me vestí y baje a ver que sucedía.
Al bajar me encontré a un hombre leyendo el periódico, o no se había enterado que estaba allí, o le daba igual. Un chico, más o menos de mi edad, moreno, de ojos verdes y cara malhumorada estaba zampandose unas tortitas y quitando una de lo que parecía mi parte , la verdad es que tenía hambre y antes de que me  quitara todas las tortitas me apresuré a sentarme y a comer, las preguntas que tenia podían esperar a que tuviera el estómago lleno.
Al acabar el desayuno volvió a aparecer aquella mujer que me había desperatado antes, hasta entonces no me había fijado en sus enormes ojos verdes, se parecían a los del chico, pero eran incomparables. Ahora parecía más tranquila y amable que esta mañana. Nos dió lo que parecía un bocadillo envuento en papel albal, después un beso y nos dijo que nos dieramos prisa que sino perderíamos el bus hacia el instuto.Seguí al chico, que por lo visto se llamaba Alex y no le caía muy bien. Le pregunté como se llamaba la mujer y el hombre de dentro, me miró con cara rara y me dijo que me dejara de tonterias, no lo entendí, le debí de mirar raro ya que me respondió: - Agatha y Harry, tus padres, idiota-. Para mi gusto sobraba el 'idiota', pero eso no era lo importante: ¿mis padres?, estaba casi segura de la respuesta pero le pregunté -¿Entonces, tú eres mi hermano?-. Me miro mal, muy mal y me dijo -¿Pero qué coño te pasa?. Decidí dejarme de preguntas ya que Alex, mi hermano, no estaba de humor.
El día en el instituto pasó rápido y según había visto conocía bastante gente y mis notas en clase eran mejores de lo que me esperaba.
Al llegar, Agatha estaba en la cocina, cocinando supongo y Harry había pasado del periódico a la tele. Alex subió a su cuarto así que dedicí imitarle.
Entre a la habitacion, la cama estaba echa y todo muy bien ordenado. Desde luego yo no había sido.
Me acerqué al tocador que habia a la izquierda de la cama, y entonces comprendí todo, esos ojos no eran los mios, tampoco los rizos ni la boca ni la nariz, ese no era mi cuerpo.
¿Quién era la del espejo?, ¿Quién era yo, ¿Qué había pasado conmigo?





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